RECARGO EN EL TAXI PARA LAS PRIMERAS COMUNIONES

1952 El Ayuntamiento acordó incrementarles la tarifa en un 50%, como ya se hacía en bautizos, bodas y entierros.

Hoy en día nos parece normal que los taxistas donostiarras apliquen recargos en sus tarifas durante las noches y los fines de semana. También estamos acostumbrados, aunque nos mosquee un tanto, que en algunas grandes ciudades los taxis añadan un plus por ir o venir del aeropuerto. Pero seguramente se nos haría inadmisible que los taxistas nos cobrasen un 50% más si estuviésemos celebrando un bautizo, una boda o una primera comunión.
No se extrañen tanto, que hace seis décadas así lo hacían los taxis donostiarras. Concretamente, antes de mayo de 1952 ya se aplicaba una tarifa fuertemente recargada para los bautizos, bodas y entierros. Y la Comisión Municipal de Turismo y Tráfico acordó entonces, según informaba DV en su edición del 15 de mayo de 1952, «que las comuniones sean incluidas en la tarifa especial de bautizos, bodas y entierros que señalan un recargo del 50 por 100 sobre lo que marque el aparato taxímetro».
Ignoramos hasta cuánto duró aquella norma ni cómo se aplicaba concretamente. Porque si en el taxi se montaba un grupo con una novia de blanco o un niño vestido de marinerito, era evidente que podía aplicarse la tarifa especial, pero ¿se aplicaba a otros invitados? ¿Cómo se les identificaba? ¿Habría quien pediría un taxi hasta cerca de Polloe ocultando que acudía a un enterramiento, para evitar el recargo?
Volvamos a mayo de 1952, cuando la Comisión de Turismo y Tráfico no sólo aprobó esta norma sino una subida de bandera de 4 pesetas, superior a la que había establecido el Pleno. Así se justificaba entonces el caso: «En sesión del Pleno municipal celebrado el 21 de marzo del pasado año, fueron aprobadas definitivamente las tarifas hoy en día en vigencia, que no eran otras que las que anteriormente regían, con un aumento del cincuenta por ciento. Los industriales taxistas, para cumplir lo que se les ordenaba de sincronizar sus aparatos conforme a la nueva tarifa, solicitaron una modificación en el precio de la bajada de bandera, de forma que ésta marcara 4 pesetas en vez de 3,75 pesetas, que no fue aceptada en principio. Ha insistido en esta variación y la Comisión de Turismo y Tráfico estima que es perfectamente atendible, ya que con lo que respecta al público el precio aparentemente mayor queda también compensado con mayor recorrido inicial. Por otra parte, razón convincente para acceder a esta petición es el dictamen emitido por persona tan compente como el ingeniero jefe de la Delegación de Industria de Guipúzcoa, que clara y terminantemente manifiesta que no sólo no perjudica sino que favorece que la bajada de bandera tenga el precio de cuatro pesetas, para que luego la sincronización de los saltos sucesivos sea de cincuenta en cincuenta céntimos».
Total, que la comisión decidió, entre otras modificaciones, que la bajada de bandera de los taxis donostiarras fuera de 4 pesetas, pasando de 125 a 166 los metros que cubría antes de empezar a avanzar el taxímetro. Y las familias que celebraban la Primera Comunión ya tenían un gasto más que sumar.

AGUR Y BUEN VIAJE.

 

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