No hay mas que uno en cien y sin embargo existen;
la mayoría españoles, vaya a saber por qué,
uno creería que en España no los comprenden: los anarquistas.
Recibieron de todo: bofetadas y adoquines,
gritaron tan fuerte que pueden gritar aún,
tienen el corazon delante y sus sueños en medio,
y luego el alma corroída por dementes ideas.
No hay mas que uno en cien y sin embargo existen,
la mayoría hijos de nada o hijos de muy poco,
que no se los ve jamas sino cuando se les teme: los anarquistas.
Han muerto ciento diez veces, ¿por cuál cosa y por qué?
Con el amor en el puño sobre la mesa o sobre nada,
con el aspecto terco que da la sangre derramada,
golpearon tan fuerte que pueden golpear aún.
No hay más que uno sobre cien y sin embargo existen,
y si es necesario empezar por patadas en el culo
no habría que olvidar que eso ocurre en las calles: los anarquistas.
Tienen una bandera negra que se burla de la esperanza,
y la melancolía para avanzar en la vida,
cuchillos para cortar el pan de la amistad
y las armas enmohecidas para no olvidar
que sólo hay uno en cien y sin embargo existen,
y que se mantienen firmes, codo a codo,
dichosos y por ello siempre en pie: los anarquistas.
Léo Albert Charles Antoine Ferré (Mónaco, 24 de agosto de 1916 – Castellina in Chianti, 14 de julio de 1993) fue un autor, compositor, intérprete, pianista y poeta monegasco nacido francés. Al haber compuesto más de cuarenta álbumes originales en un período de 46 años, Léo Ferré es el cantautor más prolífico de la lengua francesa. Definiéndose a sí mismo como anarquista, esta forma de pensar inspiró grandemente su obra. Junto con el belga Jacques Brel (1929-1978) y con Georges Brassens (1921-1981) es considerado uno de los grandes compositores de la chanson.
Hijo de Joseph Ferré, director del personal del Casino de Monte Carlo, y de Marie Scotto, costurera de origen italiano, junto con Lucienne, dos años mayor que él.
Léo Ferré se interesó en la música desde edad temprana. A los cinco años, se unió al coro de la Catedral de Mónaco como soprano. Descubrió la polifonía a través de las obras de Palestrina y de Tomás Luis de Victoria. Su tío, Albert Scotto, antiguo violinista de la orquesta de Monte Carlo y director de teatro del Casino, lo hace asistir a las representaciones y ensayos con lugar en la Ópera de Monte Carlo, que en ese momento era la Meca de la vida musical internacional. Allí escuchó la voz de Fiódor Chaliapin, presencia la dirección de Arturo Toscanini, y descubre a Beethoven. Pero aquello que le impresiona más es la presencia del compositor Maurice Ravel en los ensayos de L’enfant et les sortilèges.
A los nueve años entró al colegio cristiano de San Carlos de Bordighera, donde permaneció por ocho años. Después escribiría sobre su infancia solitaria y encerrada en una ficción autobiográfica titulada Benoît Misère (1970). Aumentó su conocimiento sobre la teoría de la música y, a la edad de 14 años, compusó el Kyrie de una misa y la melodía para un poema de Verlaine, Soleils couchants. En secreto, él lee a los autores considerados subversivos por los padres del colegio: Voltaire, Baudelaire, Verlaine, Rimbaud, Mallarmé.
De regreso a Mónaco para obtener su título, se volvió un escritor independiente para el periódico Le Petit Niçois, como crítico musical, lo que le permitió acercarse a maestros de orquesta tan prestigiosos como Antal Dorati o Mitropoulos. En esta época descubrió Daphnis et Chloé y el Concerto pour la main gauche, de Ravel, bajo la dirección de Paul Paray, así como el Boléro y la Pavane pour une infante défunte, dirigidos por el compositor en persona. Se gradúa en Filosofía en el Liceo de Mónaco. Su padre se opone a que entre en el conservatorio de música.
En 1935, viaja a París para asistir a la escuela de leyes. Poco interesado en los acontecimientos políticos de su época, continúa sus lecciones de piano de manera autodidacta, al mismo tiempo que madura en su redacción. Con una licenciatura en ciencias políticas regresa a Mónaco en 1939, un año antes de ser reclutado. Es asignado a la infantería y dirige un grupo de tiradores argelinos. Su vocación como compositor se afirma después de este momento.
En 1940, con motivo de la boda de su hermana, escribió un Ave María para órgano y violonchelo, y comienza a componer la música para canciones escritas por un amigo suyo. Con este material se presenta por primera vez en público, el 26 de febrero de 1941, en el Teatro de Bellas Artes de Monte Carlo, bajo el nombre de Forlane. Sus primeros textos personales datan de este año. Al final de un concierto en Montpellier donde se presentaba el cantante Charles Trenet (1913-2001), Ferré le cantó tres de sus canciones, pero Trenet le aconsejó que no cantara, y que se contentara con escribir para los demás.
En 1943, René Baer le confió la letra de canciones que serían un éxito después: La chanson du scaphandrier y La chambre. El mismo año, Ferré se casa con Odette Shunck, a quien conoció en Castres, en 1940. La pareja se muda a una granja en Beausoleil, en las colinas de Mónaco. En 1945, Ferré conoce a Édith Piaf, que le anima a probar suerte en París.
Ils broyaient du noir, L’opéra du ciel y Suzon son hoy las grabaciones más antiguas conocidas de Léo Ferré. Fueron encontradas por su hijo, Mathieu Ferré, en la oficina de su padre; junto a partituras y manuscritos, descubrió una docena de grabaciones. La mayoría eran totalmente inutilizables y solo esas tres canciones se pudieron recuperar.
A finales del verano de 1946, Léo Ferré se trasladó a la capital. Consiguió un acuerdo por tres meses para cantar en el cabaret Le Boeuf sur le Toit, donde se acompañó con el piano. Formó una amistad con el cantautor Jean-Roger Caussimon (1918-1985), a quien le preguntó si le permitía convertir su poema A la Seine en una canción. Juntos compusieron varias canciones especialmente apreciadas por su público, como Monsieur William (1950), Le temps du tango (1958), Comme à Ostende (1960) y Ne chantez pas la mort (1972).
En abril de 1947, Ferré se comprometió a una gira en Martinica, que terminó siendo un fracaso y confirmó su aversión a viajar. Sin dinero, tuvo que trabajar seis meses para volver. A su regreso, comenzó a frecuentar a los anarquistas españoles exiliados durante la dictadura de Franco. Esta alimenta su visión romántica de España, que lo inspiraran para escribir Le bateau espagnol y Le flamenco de Paris.
Este periodo le fue difícil emocional y financieramente. Durante siete largos años tuvo que conformarse con compromisos episódicos en los diferentes bares de la ciudad: Les Assassins, Aux Trois Mailletz, L’Écluse, Le Trou, Le Quod Libetel o Milord l’Arsouille, los últimos tres dirigidos sucesivamente por su amigo Francis Claude, junto con quien escribiría varias canciones, incluyendo La vie d’artiste (1950), haciendo eco a su reciente divorcio de Odette.
Prologuista de ‘Poemas Saturninos’ en una de las ediciones más logradas del texto de Verlaine, la bibliografía de Ferré incluye ensayos, críticas y monólogos. Tal vez estos últimos, que el artista recitaba en el escenario con violencia, sean lo más representativo de su personalidad. Anarquista confeso, sus recitales fueron auténticos mítines libertarios: “Hablo, ladro como un perro. Soy un perro”, repetía en “Le chien”.
Él terminó consiguiéndose una buena reputación, no sin dificultades, para llegar sus canciones a la voz de algunos de los artistas de la época: Edith Piaf, Henri Salvador, Giraud Yvette, Les Frères Jacques. Pero fue en la cantante Catherine Sauvage que él encuentra a la embajadora más leal, apasionada y persuasiva de su obra.
DISCOGRAFIA:
1953: Paris canaille
1954: Chansons de Léo Ferré
1954: Le Piano du pauvre
1956: Le Guinche
1956: Poète… vos papiers !
1957: Les Fleurs du mal
1957: La Chanson du mal-aimé
1958: Encore du Léo Ferré
1960: Paname
1961: Les Chansons d’Aragon
1962: La Langue française
1964: Ferré 64
1964: Verlaine et Rimbaud
1966: Léo Ferré 1916-19…
1967: Cette chanson (La Marseillaise)
1967: Léo Ferré chante Baudelaire
1969: L’Été 68
1969: Les Douze Premières Chansons de Léo Ferré
1970: Amour Anarchie
1971: La Solitude
1972: La Chanson du mal-aimé
1972: La Solitudine
1973: Il n’y a plus rien
1973: Et… basta !
1974: L’Espoir
1975: Ferré muet… dirige
1976: Je te donne
1977: La musica mi prende come l’amore
1977: La Frime
1979: Il est six heures ici et midi à New York
1980: La Violence et l’Ennui
1982: Ludwig-L’imaginaire-Le bateau ivre
1983: L’Opéra du pauvre
1985: Les Loubards
1986: On n’est pas sérieux quand on a dix-sept ans
1990: Les Vieux Copains
1991: Une saison en enfer
SALUT Y BUEN VIAJE
avec le temps
Quartier latin
Ton style
Ni Dieu Ni Maître
Les Anarchistes
Franco La muerte
Le bateau Espagnol