EL AUMENTO DE COMPETENCIA AGRANDA EL CONFLICTO DEL TAXI EN SEVILLA

Más de un centenar de licencias de VTC están ya solicitadas y las aplicaciones y plataformas por internet se disparan.

Los taxistas reclaman a las administraciones más medidas contra «el intrusismo» y los vacíos legales.

Lejos de estabilizarse o calmarse, el sector del taxi en Sevilla sigue en guerra abierta. Por fases latente, soterrada, sin lanzamiento de huevos o quema de taxis de alquiler con conductor, pero guerra. Los años de bonanza pasaron, la competencia se ha multiplicado con un mercado que se aleja del proteccionismo en el que se ha vivido cómodamente décadas y los comensales esperando el trozo de tarta son más que antes, de ahí que cada uno pelee con fiereza su pedazo. Porque el pastel es el mismo. El negocio ya no es exclusivo de los taxistas, a pesar de que la normativa les conceda mucho más campo de actuación que a sus competidores, con lo que las fricciones son muy frecuentes.

En medio está el Ayuntamiento de Sevilla, claramente alineado con el taxi pero muy comprometido por los avances legales y mercantiles que permiten más actores que no gustan al sector pero al que no se puede prohibir trabajar. Sí se les vigila con celo y se realizan batidas para multar a quienes carecen de la licencia correspondiente o se saltan las normas, aunque desde el otro lado, los coches alquilados con conductor, los taxis privados o los de pueblo se quejan de que ese mismo ahínco no se tiene para controlar los desmanes que, según reiteran, cometen los taxistas sevillanos; en especial, los que trabajan en el aeropuerto de San Pablo y controlan esa parada de manera exclusiva ante el desdén municipal.

¿Hay sitio para todos? Parece complicado ajustar el sudoku, sobre todo porque se suman nuevos elementos en los últimos tiempos para complicar aún más la situación. Por lo pronto, resulta cuanto menos llamativo que en un momento de competencia feroz, el propio gremio sea cada vez más reducido y de los casi 2.200 taxis que había hace quince años se haya pasado a un total de 2.036 a raíz de los sucesivos rescates de licencias solicitados por las asociaciones de taxistas al Ayuntamiento. Con menos «soldados» y peor oferta, el sector tiene ante sí como principal reto la convivencia con los coches con licencia VTC (vehículos de alquiler con conductor). En este ámbito está muy presente la pugna con Cabify, que mantiene en la capital andaluza un número de coches no tan relevante para el ruido generado: una veintena. Sevilla cuenta en la actualidad con una licencia VTC por cada 16 de taxi. La dirección general de Transportes de la Junta de Andalucía, dependiente de la Consejería de Fomento y Vivienda (quien tiene las competencias autonómicas en esta materia), ha concedido hasta la fecha 125 licencias VTC en Sevilla de un total de 845 licencias de esta categoría otorgadas en Andalucía.

SALUT Y BUEN VIAJE

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