LAS LICENCIAS DE TAXI COTIZAN A LA BAJA

SANTANDER  –  Hace cinco años  se vendían por unos  330.000 euros y en  la actualidad se ofertan por unos 240.000 euros y la demanda  es muy reducida

Las colas en las paradas son cada vez más frecuentes. Un sábado por la noche la ‘caja’ ha caído un 60%.
Cuando hablan de licencias, que no es habitualmente -salvo entre ellos-, siguen manejándose en pesetas. Eso y la caja son temas tabú. Pero todo el mundo sabe en el gremio de los taxistas que la más cara costó, en su día, 58 kilos (348.587 euros) y que ahora cuesta venderlas más que nunca. Venderlas no es ni siquiera la palabra adecuada. Lo correcto es hablar de transmisión (ajustada a las normas que figuran en el Reglamento Regulador del Servicio de Auto-Taxi). Hace cuatro años, se firmaron por unos 330.000 euros («50 ó 55 millones»). Ahora, redondeando, nadie se plantea pedir más de 240.000 euros (40 millones) porque ese es ya un precio alto (depende a qué taxista se le pregunte y a qué flota pertenezca el vehículo). En cualquier caso, al que la ofrece, ya no se la quitan de las manos.
En una conversación con unos y otros las cifras bailan muy poco y las conclusiones, nada. El precio de las transmisiones de licencia ha bajado. Mucho. Tanto que algunos afirman que, por vez primera, no se ‘mueven’. «Que está costando más que nunca es indudable», apunta uno. «Habrá caído como un 40%», dice otro. Tal vez no sea tanto, pero es curioso que, precisamente, ese porcentaje es el de la caída en la recaudación media de cada vehículo. Los datos están ahí. Un sábado por la noche, por ejemplo, un taxi por Santander mete en la caja hasta un 60% menos de lo que metía hace cuatro o cinco años.
Pero hay más dificultades para que las transmisiones anden ‘estancadas’. El precio, el descenso del trabajo, las tarifas del carburante, los gastos… Y los bancos. La mayoría pide un crédito para poder hacer frente al traspaso. Eso, hoy en día, ya suena a problema. Pagarlo y que te lo concedan. «La gente hipotecaba un piso. ¿Qué banco hace eso ahora y qué persona se mete en eso?», dice un veterano mientras conduce. Las condiciones no son propicias.

Condiciones y normas
Pero «sí que hay licencias disponibles», aunque ninguno sabe, a ciencia cierta, cuántas (o no lo dice). «A veces hay una, a veces dos…». «Siempre hay alguna». Frases de conversaciones distintas. «Siempre las ha habido». A lo largo de la ya larga historia del gremio. En 1963, a 50.000 pesetas. En 1969, a medio millón. En 1977 ya rozaban los dos millones. Por entonces, los taxis de la capital eran de color negro. Algo que cambió en 1980. Y los precios siguieron escalando después… Casi cuatro millones en 1982, cinco un año después… Así hasta ese tope de 58 kilos que ya se pagó en euros.
Por fallecimiento del titular, por jubilación, por la imposibilidad para ejercer la profesión o -el caso más habitual- tras una antigüedad superior a cinco años y previa autorización del Ayuntamiento a un conductor asalariado. Todos los supuestos figuran en el reglamento, que también establece que del precio final entre los particulares, un 10% irá a parar a las arcas municipales.
¿Y qué incluye el trato? En el precio (los 240.000 que se pueden pedir ahora, por ejemplo) va la licencia en sí misma, pero no va sola. El vehículo va en la operación y también los componentes. Ese segundo dato es tan importante o más que el propio coche. Cuestión de sumar. Unos 300 euros de una emisora, otro tanto de un taxímetro, más de 2.000 del sistema de gestión de flotas (su particular GPS)… Y aún falta un detalle esencial. En el acuerdo entra la tarifa de la permanencia en la cooperativa a la que pertenezca el taxi.
No es fácil. No corren buenos tiempos. Las últimas nuevas licencias que puso en circulación el Ayuntamiento de la capital fueron para doce vehículos adaptados hace menos de dos años. A 100.000 euros por barba (antes no había tarifa fijada). Es obligatorio mantenerla, al menos, durante cinco años. Corre el rumor de que ya hay alguno echando números para cuando llegue el momento…

MÁXIMOS Y MÍNIMOS
348.000
euros (unos 58 millones de pesetas) es el máximo que se ha pagado por una licencia.
40
por ciento es lo que ha bajado la recaudación media de un taxista de Santander.

SALUT Y BUEN VIAJE.

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