MÁLAGA, LOS TAXIS ASPIRAN A UN POQUITO DE SOMBRA

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La mayoría de las paradas de taxis de la capital muestran un aspecto inhóspito en verano, con los taxistas esperando fuera para no terminar a la plancha

Imagínense la escena. Lunes a las 15.00 horas. Parada de taxi en la avenida de la Aurora, junto al Centro Comercial Larios. Hace terral. El termómetro supera los 35 grados. Los taxis esperan en la parada al sol. Los taxistas se refugian como pueden en el trozo de sombra que le da el edificio. El cliente entra en el vehículo y, en seguida, siente como si sólo le faltara una manzana en la boca para terminar como un buen asado. El coche, recocido por el sol y el terral, presenta una temperatura interior cercana al punto de cocción. Ni el aire acondicionado consigue eliminar esa sensación de calor ni el leve olor a piel quemada. Es la piel del cliente sobre el skay del asiento. De color negro.

Las paradas de taxi están a la intemperie en Málaga. Si hace sol, los vehículos se convierten en pequeños hornos, mientras que si llueve da igual que usemos el paraguas o no. Nos mojamos igual. Y si llevas varias bolsas, equipaje o cualquier bulto que obligue a abrir el maletero, mejor será llevar una muda para cambiarse tras el trayecto.

No parece difícil solucionar este problema. Unas pérgolas en algunas de esas paradas podrían paliar esta situación. Esta experiencia ya se ha aplicado en Almería capital con buen resultado y en municipios de la costa. De hecho, si se aprovecha esa estructura para incluir publicidad, se podría financiar su instalación y dar algunos beneficios para reinvertir en el sector.

La idea está ahí. Taxi Unión lo pidió al Ayuntamiento para tres paradas hace cuatro años, pero no hay dinero. Podría ser una pérgola que ocupara los primeros puestos de las paradas, incluso con un modelo de carpa de diseño. Las opciones son muy variadas y con un diseño cuidado que no afeen la ciudad. Y baratas.

Naranjos escuálidos

Vaya por delante el reconocimiento de que no soy un experto botánico. Ni mucho menos. Es más, mis conocimientos de plantas son escasos. Sin embargo, siempre me he preguntado por qué los naranjos de la calle Victoria no engordan. Quizás la respuesta sea simple y no tenga que ver con que los partan cada cierto tiempo y haya que replantarlos, que la tierra tenga una textura parecida al alquitrán o que el riego habitual esté formado por un 20% de agua, un 60% de orina, otro 15% de bebidas alcohólicas y refrescos y un 5% de vómitos.

El caso es que esos naranjos tienen mérito. Sobreviven a la polución y a los malagueños que, tenemos que reconocerlos, no siempre actuamos como el Padre Mundina (comentario viejuno que los menores de 35 años difícilmente identificarán). Siguen escuálidos, pero con una producción de naranjas encomiable y muy apreciada en ciertos círculos de vándalos para hacer prácticas de tiro olímpico con los peatones.

Agosto

Agosto va agostando nuestro ánimo. El riego con vino dulce frío y cerveza es la terapia de Feria, aunque en realidad nos agoste las entendederas.

SALUT Y BUEN VIAJE.

 

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