CONCEDEN LA INCAPACIDAD PERMANENTE A UN TAXISTA SANO

 Fue operado de dos hernias discales cervicales y está totalmente recuperado. La evaluadora se basó en informes previos y ahora él no puede trabajar.
 Salut alega que puede pedir una revisión de la incapacidad a la Seguridad Social.

20 minutos
Un taxista con ganas y salud para trabajar al que le han dado la invalidez permanente que tanto cuesta conseguir. Este es el caso de José. El Instituto de Evaluaciones Médicas y Sanitarias (ICAMS, por sus siglas en catalán) recomendó concedérsela cuando aún se estaba recuperando de una operación en la espalda. Ahora no tiene secuelas, pero tampoco trabajo.

«Nadie me ha regalado  nada y nunca he pedido nada. Sólo quiero trabajar», explica a 20 minutos José, un gallego afincado en Barcelona desde 199 1 que trabaja como taxista desde hace 21 años y que es consciente de las dificultades que tendrá para encontrar otro empleo a sus 50 años. Los 400 euros que percibe, lejos de los 2.000 que llegaba a facturar, no le dan para llegar a fin de mes y debe 7.000 euros del taxi.

Todo empezó en noviembre de 2012, cuando a José empezó a dormírsele el brazo derecho y a notar un hormigueo. Tras varias pruebas, le diagnosticaron dos hernias discales cervicales que le presionaban el nervio. José optó por operarse a través de una mutua privada y el 7 de febrero, el cirujano le implantó las mejores prótesis que encontraron y que les costaron una «pequeña fortuna», explica su mujer, Cristina.

Los 400 euros que percibe ahora están lejos de los 2.000 que ganaba con el taxi. Dos días después, el hormigueo desapareció. Cuando se dispuso a volver al trabajo a mediados de marzo, empezó a ver doble y los médicos no hallaron la causa. Resultó ser un efecto secundario de la medicación que José tomaba tras la intervención y desapareció al suspender el tratamiento.

El 11 de abril, aún de baja, acudió al ICAMS para una inspección y, según Cristina, la evaluadora sentenció que José era un peligro para la circulación tras consultar los informes previos a la operación y el de urgencias sobre la visión doble. «Ni le miró cuando le enseñaba lo bien que podía mover la cabeza», lamente su mujer, quien cree que «lo lógico hubiera sido que le alargara la baja hasta tener todos los informes finales».

A los pocos días, la Seguridad Social notificó a José que le había concedido la invalidez permanente y le daban 15 días para presentar alegaciones. Lo hizo el 26 de abril, el mismo día que se reunía la junta médica para confirmar la invalidez permanente.

«En sólo tres semanas se la dieron y está sano», lamenta Cristina. Ahora presentarán un recurso ante la decisión. «Espero que me den la razón. Me encuentro bien y los médicos dicen que estoy bien», dice José.

Normativa más restrictiva

El caso de José es excepcional, según admiten desde el Departament de Salut, aunque recuerdan que en el caso de conductores profesionales la normativa de actitudes normativa psicofísicas es más estricta.

En cualquier caso, informa de que José puede pedir una revisión de la incapacidad a la Seguridad Social, que es quien las concede, o denunciar el caso en un juzgado social.

SALUT Y BUEN VIAJE.