NO A LA SOBREEXPLOTACIÓN DE LAS LICENCIAS DE TAXI

En los últimos trenta años ha ido creciendo la red de transporte público del AMB, así como el transporte privado, y en cambio la oferta en número de taxis no se ha visto reducida. Al contrario, irresponsablemente sin tener en cuenta las consecuencias se ha fomentado la sobreexplotación de las mismas licencias, no promocionándose el servicio de taxi en relación a otros sistemas de transporte que se han favorecido desproporcionadamente en competencia directa nuestra. Después de fracasar el Pla de Viabilitat de 1996, que preveía la retirada de licencias por los mismos taxistas titulares, en el año 2003 desde el Parlament de Catalunya, con la complicidad de la clase política y empresarial, se aprobó la Ley del taxi (Llei 19/2003, de 4 de juliol, del taxi). Esta ley con un gran interés especulativo supuso un cambio de modelo de explotación en perjuicio de la mayoria del sector, los mismos trabajadores/as:
  •  Hizo posible la transmisión de las licencias liberalizando la compra-venta de títulos habilitantes.
  •  Permitió la capitalización de los mismos títulos habilitantes a inversores privados a través de sociedades de capital, generando un mercado especulativo que provocó una escalada de precios y encareció el coste de explotación de la actividad.
  •  Permitió acumular hasta 50 licencias al reconocer finalmente las personas jurídicas.
  • Cambió el modelo de explotación de las licencias, permitiendo a todos los titulares la contratación de trabajadores asalariados sin establecerse ninguna limitación en la consecución del equilibrio de la actividad económica que la propia Ley del Taxi ampara.
Como consecuencia de esta estructura legal y que la Administración no rescata las licencias que sobran, tenemos que se garantiza la oferta en exceso dado la sobreexplotación de licencias, en contra, se favorece la precariedad laboral y la degradación del servicio: todo lo contrario de lo que se pretende con la ley en la consecución del nivel óptimo en la prestación que recibe el usuario. El equilibrio de la actividad económica como principio de la ley no se está teniendo en cuenta, obviándose la rentabilidad económica del taxista autónomo que se dedica de manera personal y exclusiva a la explotación de la licencia, y lo que es peor, no se tiene en cuenta que la sobreexplotación de las licencias hace imposible el cumplimiento del Convenio colectivo para las empresas de taxis. ES LA MISMA LEY DEL TAXI QUE SE ESTÁ INCUMPLIENDO EN DETRIMENTO DE LA MAYORIA DEL SECTOR Y EN BENEFICIO DE UNA MINORÍA EMPRESARIAL.
Contrariamente, cuando la demanda se ha visto reducida en más de un 40 %, la oferta de servicio de taxi ha aumentado en más de un 25 %. Una situación insostenible, que nos obliga a dedicar más horas de trabajo, en jornadas que sobrepasan las 12 horas, con el peligro que comporta para la salud, la seguridad vial y la movilidad. No cabemos en las paradas de taxi y ha aumentado las prácticas poco profesionales entre los mismos compañeros/as, y hacia los usuarios al aumentar la competencia interna. Trabajamos en una situación de tensión continua, agravada por la persecución arbitraria muchas veces de los mismos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona, en referencia al incremento de las sanciones de tráfico injustas.
En materia laboral, es alarmante la situación de esclavitud del trabajador/a asalariado/a en las empresas de taxis (personas físicas y jurídicas), hasta el punto que el nuevo Convenio colectivo firmado por UGT y CCOO, nos hemos visto obligados a impugnarlo. Destaca otra vez una recaudación mínima obligatoria que de no alcanzarse es motivo de despido. Se ha reducido el salario base, vacaciones, pagas extras a la mitad, y eliminado el complemento por trabajar en días festivos. Muy a menudo las condiciones económicas entre empresa y trabajador, se pactan de manera coaccionada por debajo de lo que establece el mismo Convenio. Denunciamos el trato preferente que recibe el sector empresarial, en especial aquellas empresas que establecen condiciones de fraude fiscal y precariedad laboral fuera de la actual legislación vigente, también por lo que se refiere a arrendamientos y gestión ilegal de licencias. Denunciamos el número de horas anuales de trabajo no declaradas a razón de jornadas laborales en turnos de 12 horas diarias. Esta situación se ha de acabar, no podemos tolerar más el abuso de una minoria empresarial por encima de los trabajadores autónomos y asalariados que desarrollamos personalmente la actividad de taxista. La Administración es responsable y ha de encontrar una salida a este callejón en el que nos ha metido. De entrada le decimos que tiene dos salidas, o se rescatan las licencias que sobran o se aborda la reestructuración legal de la actividad y por tanto el modelo de explotación, POR UNO SOCIALMENTE MÁS JUSTO Y REDISTRIBUTIVO.
Solo recordar que la explotación personal y exclusiva de las licencias con preferencia de concesión a trabajadores asalariados, fundamentaba las políticas iniciadas en la crisis de la década de los años ochenta, en previsión de llevar a término un plan de viabilidad con el rescate de las licencias que sobrepasaban la ratio de 2,5 taxis por habitante, fijada en el  mismo Reglamento Metropolitano del Taxi de 1981. Hace tiempo que esperamos y nuestra paciencia se acaba…


LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DEL TAXI DE BARCELONA DECIMOS:  NO A LA SOBREEXPLOTACIÓN DE LICENCIAS DE TAXI, POR UN TRABAJO DIGNO Y UN SERVICIO DE CALIDAD.

 SALUT Y BUEN VIAJE.