EL TAXI EN MADRID, UN SECTOR A REGULAR

EL VIAJE DE TAXI A BARAJAS COSTARÁ UN MÍNIMO DE 20 EUROS Y 30 DESDE EL CENTRO

El taxi en Madrid, y en cualquier otra ciudad del mundo, es uno de los pilares de la movilidad. No es quizá tan espectacular como las grandes infraestructuras de transporte ni tan usado como el autobús pero es fundamental en los viajes de negocio. Es por ello que ninguna ciudad puede tener un sistema completo de transportes sin contar con estos servicios.

Estamos ante un servicio parcialmente regulado. Para lo bueno (prioridades…) quiere ser transporte público pero para lo malo siempre alegan sus patronales que no son “transporte público” al uso. Nuestra opinión en este sentido es clara: o dentro o fuera. Y si se está dentro se está con todas las consecuencias de una regulación como transporte público. Entre ellas podemos enumerar las siguientes:

Retrasos en Barajas; el taxi, la única posibilidad de transporte nocturno

Supresión del modelo de taxis rodantes

Madrid con los índices de polución que se suelen dar tanto en verano como en invierno por las características de su atmósfera no se puede permitir tener más de 15.000 vehículos dando vueltas buscando clientes. Esto supone un coste tanto para el taxista que tiene que consumir gasoleo o GLP para buscar a los clientes como para la sociedad en su conjunto que tiene que pagar las externalidades de esos consumos. Y por supuesto, supone un coste en tiempo también para el cliente que tiene que esperar en una esquina a que aparezca un taxi.

Frente a este modelo nos encontramos con el de paradas en los que el taxista no consume carburante para buscar al cliente, la sociedad no paga externalidades y el cliente tiene un lugar claro al que acudir para tomar el primer taxi que salga. Y como efecto beneficioso adicional se libera espacio dedicado a un uso privativo, como es el estacionamiento de vehículos particulares, y se devuelve a fines colectivos.

Reducción de licencias

Cerca de 18.000 vehículos componen el sector del taxi de la capital si sumamos las licencias y los taxis piratas. Nueva York, la meca del taxi -con 5 millones de habitantes más que Madrid- tiene 5.000 licencias menos. En Madrid sobran taxis, sobran muchos taxis. Las propias patronales del sector afirman que sobran 5.000 licencias de taxi. Nosotros vamos más allá, para una cobertura equivalente a la de Nueva York  (1 taxi por cada 630 habitantes) o París (1 taxi por cada 694 habitantes), Madrid necesitaría unas 5.250 licencias de taxi. Es decir, sobran 10.500 licencias.

Con 15.000 licencias es imposible ir a un sistema de taxis estacionados como el que indicamos en el apartado anterior, pero con 5.250 si es viable.

Unificación de sistemas de gestión

Los taxistas, agrupados en diferentes patronales, cuentan con diferentes números de solicitud de servicio y sistemas de ayuda a la explotación. Si estamos ante un servicio público estos sistemas deberían ser integrados e indiferentes para el usuario. Es por ello por lo que sería necesaria una app móvil y un teléfono de solicitud de servicios único para todo el sector asignándose el taxi más cercano con independencia del operador.

A esto habría que sumar un SAE único en el que todo el sector sepa en cada momento donde están los vehículos de cara a prevenir situaciones de paradas sin vehículos y otras con exceso.

Para estas medidas es necesario un fuerte impulso por parte del Consorcio Regional de Transportes el cual debería ostentar las competencias del taxi en el conjunto de la región estableciendo un marco unificado que vaya más allá de la gestión tarifaria.

IMAG0643 1024x678 El taxi en Madrid, un sector a regular

Mayor vigilancia

Es por todos conocido que los taxistas cuentan con una forma “peculiar” de cumplir la normativa de tráfico. Detenciones en lugares prohibidos como isletas o directamente encima de rotondas, cambios de sentido que ponen en riesgo la seguridad del tráfico, establecimiento de paradas ilegales en las principales vías de la capital… Estos son solo algunos de los ejemplos.

Es necesario un mayor control por parte de los agentes de movilidad y de la Policía Municipal de estas actitudes que, buscando un mayor lucro económico, realizan determinados conductores de este sector y que ponen en cuestión la ordenación del tráfico en nuestra ciudad.

Regulación de servicios puerta a puerta

Una de las ventajas del taxi es el servicio “puerta a puerta”. Un servicio que es viable y deseable en el 90% de las calles de nuestra ciudad pero que en las calles principales supone la generación de atascos que, en la práctica totalidad de las ocasiones, son asumidos por los viajeros de la EMT ya que estas suelen ocurrir en el carril bus.

Se ha de regular el descenso de viajeros en las vías principales de nuestra capital y en particular en aquellas que cuenten con carril bus. La detención de un taxi 2 minutos para cobrar a un viajero y descenderlo en plena Gran Vía puede afectar a más de 300 pasajeros en función del número de autobuses detenidos tras el taxi y la hora del día. Es por ello que la detención de taxis en el carril bus debería de estar directamente prohibida.

En función de la vía sería posible realizar esta detención en calles perpendiculares cercanas al punto solicitado por el cliente o incluso sería viable habilitar paradas de descenso en vías que atraviesen zonas de APR o peatonales. La única excepción a esta medida serían los eurotaxi para personas con movilidad reducida.

Estas son sólo algunas medidas que sería viable tomar para contar con un sector del taxi eficiente tanto en términos sociales como ambientales en nuestra ciudad. ¿se atreverán los políticos a llevarlas a cabo?

SALUT Y BUEN VIAJE

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