EL SECTOR DEL TAXI, MÁS AHOGADO QUE NUNCA

MADRID – Un grupo de taxistas comenta a ABC sus preocupaciones a día de hoy. Afirman que están atravesando una crisis «durísima» que ha menguado sus ingresos en un 40 por ciento.

Llevan 20 minutos con el motor del taxi apagado en la parada del Hotel Meliá Avenida de América. Javier, Paco, Anastasio y Julián esperan a que llegue el cliente «que les arregle el día». Mientras tanto mantienen una conversación que han repetido hasta la saciedad en los últimos meses, «Las cosas no van bien en el sector del taxi», dicen. Anastasio matiza a sus compañeros: «no van bien para nadie».

A la problemática de los taxis piratas en Madrid –que desveló ABC hace unas semanas– se suman otros problemas que, «aunque son menores, están destruyendo la profesión poco a poco». Javier, taxista desde hace 18 años e hijo de taxista, los enumera de «carrerilla»: «El descenso de clientes, el aumento de los precios del combustible, los seguros carísimos que tenemos que pagar y el sangrante intrusismo que está acabando con nuestra paciencia».

El sector del Taxi, más ahogado que nunca.

Javier expone en números su situación personal: «Hace diez años decidí comprarme una licencia propia por la que aún pago 300 euros de letra al mes. Tengo unos gastos mensuales entre combustible (en su caso gas y gasolina) y mantenimiento del vehículo de más de 1.200 euros. A esto hay que sumarle 1.300 euros de seguro al año, como si llevara un Ferrari –ironiza– y 20 euros anuales por pasar revista al taxi ante el Ayuntamiento. Si te digo que la mayoría de los días no me llevo más 120 euros después de trabajar 14 horas… ¿Qué me queda para vivir?».

«Así no se puede competir»

La cola de taxis del hotel Meliá Avenida de América se mueve, el primero ha cogido «bicho» (un cliente), dice Paco. Este taxista lleva más años en la profesión que Javier, concretamente 20. A lo largo de su «carrera» dice haber visto cómo se ha degradado el servicio. «Ahora hay taxis en Madrid que están llenos de polvo y que huelen a perro. Los clientes se aguantan pero en el fondo se llevan una mala imagen global de nosotros. Debemos hacer autocrítica y mirar cómo nos estamos cargando la profesión también desde dentro. Los que más culpa tienen son los “flotistas” que meten a tres o cuatro conductores, algunos extranjeros que no saben ni hablar español, sobre todo por la noche. Así no se puede competir».
«Mucha culpa la tienen los flotistas», dice Paco.

Paco asegura que no se cumple la normativa de horarios que indica que el taxi no puede funcionar más de 16 horas seguidas al día, o 18 en el caso de que haya dos conductores. Mientras habla, se acercan más compañeros. Dicen que están «hartos de dar vueltas y no coger clientes». «A ver si llueve», espeta Anastasio, como si los clientes le fueran a caer del cielo.
Apoyados en un taxi esperan Aquilino y Julián Martín. El primero es propietario y el segundo un conductor contratado. Discuten sobre quién tiene una situación peor. Aquilino ya tiene el taxi pagado y se queja, según sus palabras, de los «males que sufren todos los autónomos». Julián no ha sido taxista hasta hace unos meses. Antes era empresario de la construcción.

«Los impagos de las facturas dieron con mi empresa al traste. Aún me deben bastantes pagos menores de unos 2.000 euros y uno grande de 29.000 euros. Los doy por perdidos», comenta. «Estoy en el taxi gracias a un amigo taxista que me encontró un hueco. Apenas gano para sobrevivir», concluye.

«Hay una desidia institucional grave»

Francisco Esteban Lucas, lleva toda una vida defendiendo a su sector, el del Taxi. Primero desde AGETAXI y ahora desde la Confederación del Taxi de España. Su percepción de la realidad es muy parecida a la descrita por Javier, Paco, Anastasio y Julián. Francisco denuncia, además, que desde las administraciones públicas no se ejercen con rigor las tareas de control.
«Hay taxis de municipios de la región operando sin permiso en la capital»

«A lo largo de los últimos años hemos registrado un número ingente de taxis ilegales procedentes de otros municipios de la región operando en la capital. También empresas de alquiler con conductor que atentan contra nuestros intereses y otros muchos, que aún siendo legales, no han pasado la ITV o presentan deficiencias graves», comenta Francisco.

«Estamos ante una de las etapas más duras que ha atravesado el sector en toda España. Las ganancias han disminuido entre un 30 y un 40 por ciento. Si las autoridades no intervienen pronto, y los taxistas no ponemos de nuestra parte, va a ser muy difícil salir de ella», concluye.

SALUT Y BUEN VIAJE.

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