LA CRISIS Y LOS RECORTES HUNDEN AL SECTOR DEL TAXI, QUE FACTURA

Las colas interminables en la Alameda Principal y junto al Hotel Málaga Palacio para coger un taxi en los días de feria se quedan para el recuerdo de los malagueños. Ahora son estos vehículos los que esperan, a veces durante más de una hora, para conseguir un cliente.
Es otro de los efectos de la crisis y de los recortes aprobados en los últimos meses, que están hundiendo al sector del taxi en la provincia. Durante estos días de fiesta, la facturación se ha reducido alrededor de un 20% respecto a la feria del pasado año, en la que los ingresos ya cayeron en torno al 30%, según una estimación del vicepresidente de la Asociación Unificada Malagueña de Autónomos del Taxi (Aumat), Juan Recio, que reclama colaboración al Ayuntamiento de la capital para que promocione este medio de transporte público al igual que hace con el autobús urbano. «Lo que ocurre es que no le interesa hacerlo», afirma.
El balance de la última semana, que ha sido «decepcionante», es solo la puntilla de un verano «malísimo» para el sector. «Estamos asustados porque después de este bajón no queremos pensar en cómo será el próximo invierno. Estamos seguros de que ha tenido mucho que ver los recortes y la supresión de la paga a los funcionarios, ya que nosotros vivimos prácticamente de los trabajadores y del turismo», se lamenta Recio, que advierte de que después del verano reunirán a los taxistas para decidir si llevan a cabo alguna protesta a partir de septiembre. En este sentido, el vicepresidente de Aumat se refiere principalmente al intrusismo en el aeropuerto, un asunto en el que «las autoridades dejan mucho que desear».
«Es una de nuestras reivindicaciones históricas en la que nunca hemos hecho una fuerza importante, pero la situación está llegando a un punto en el que no podemos permitir esta competencia ilegal», señala.
«Habría que potenciar el uso del taxi a través de publicidad institucional», reclama también el taxista Rafael García, que defiende que las tarifas no son tan elevadas y que compartiendo el vehículo entre cuatro personas cuesta casi igual que el autobús, un argumento que comparte su colega Salvador Marín, que dice que ha llegado a esperar hasta una hora y media en la parada para hacer una carrera en plena feria.

SALUT Y BUEN VIAJE.

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