“GUERRA DEL TAXI” EN EL AEROPUERTO

Policías nacionales y locales escoltan a los taxistas que pactan recogidas en La Parra
Los taxistas de Jerez y del resto de la provincia se han declarado la guerra. Tal como suena. En toda regla. Lo único en lo que difieren es en las víctimas colaterales de un conflicto que, a menos que la Junta se lo tome en serio, puede complicarse de forma grave. En Jerez niegan las agresiones que denuncian los taxistas gaditanos. “Aquí no hemos hecho nada que no sea pegar algún grito o soltar algún exabrupto”, asegura el secretario de la Asociación Jerezana del Teletaxi, Francisco Moreno. Más de veinte taxistas esperaban ayer el vuelo de las 12,40 horas procedente de Madrid. En sus rostros se refleja el enfado, el hartazgo y una certeza que hace que a todos se les cambie la cara: “No están tomando por tontos y no se han dado cuenta de que eso ya se ha acabado”, dice un profesional del volante entre sus compañeros.
La clave del asunto, “lo que muchos de los taxistas de fuera (procedentes en su mayoría de los municipios de Cádiz, Chiclana y Conil) no quieren entender es que el real decreto 11/85 viene a decir que de forma excepcional un taxista foráneo puede venir a recoger a un cliente con su libro de recogida. Pero cuando eso sucede dos o tres veces al día o varias veces en semana la excepción se convierte en norma. Y eso no puede ser”.
Los taxistas de Jerez son claros en sus pretensiones: “Si los taxistas de la provincia quieren traer sus clientes a Jerez que lo hagan, pero que tengan claro que el viaje de vuelta, quien va a llevar a esa persona a su ciudad una vez retorne, va a ser un taxista de Jerez. Eso es lo que va a suceder”.
La situación en el aeropuerto es tensa. Cada vez que llega un vuelo agentes del Cuerpo Nacional de Policía así como de la Policía Local de Jerez acuden a evitar cualquier tipo de incidente. Es más, si un taxista pide escolta para recoger a un pasajero se le presta.
De esta ‘guerra’ entre taxistas, que nadie sabe cómo va a terminar, fue testigo directo el conocido abogado jerezano Juan Pedro Cosano (muy conocido por su labor como acusador en el caso del ‘crimen de la gasolinera’) quien contrató los servicios de un taxista para llevarle a la Audiencia Provincial de Cádiz. Tras decirle al taxista que le esperara pues iba a realizar unas gestiones rápidas, se encontró al salir con que el conductor estaba rodeado por taxistas gaditanos y con la Policía Local de Cádiz intentando poner paz. En cuanto el letrado destacó que efectivamente había contratado los servicios profesionales de aquel taxista los agentes le abrieron paso. Eso sucedió el pasado jueves en una acción que los taxistas jerezanos califican como “mafiosa”.
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Policías vigilan el servicio prestado por un taxista jerezano que se coló sin turno en el aeropuerto ayer.
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Taxistas, al fondo, esperando la llegada del vuelo de Madrid de las 12,40 horas ante la presencia policial.
La falta de reglamentación en los puntos de llegada de visitantes es evidente. Ha sido el caldo de cultivo de un problema que se sigue calentando. Una de las claves radica en las prácticas seguidas por taxistas de fuera de Jerez y recepcionistas de hoteles que “a cambio de comisión facilitan que un taxista lleve y recoja a determinados clientes en destinos tales como el aeropuerto, las bodegas o la Real Escuela. Hay quienes viven de esto y no lo quieren soltar”, aseguran los taxistas mientras asienten los directivos del Teletaxi.


La realidad es la siguiente: llega un vuelo cargado de pasajeros y “seis taxistas de fuera de Jerez se llevan los pasajeros mientras que apenas uno o dos de Jerez logran ‘cargar’. ¿Para qué estamos aquí aguantando horas y horas? ¿Para llevar pasajeros a Jerez con la carrera estipulada? ¿Para no cargar y que otros se lleven el trabajo? No, por ahí no vamos a pasar”, concluye Francisco Moreno.
 

Lo peor de este asunto, tan mal reglamentado que causa verdadero pavor, es que el enemigo incluso está dentro. Ayer mismo, agentes policiales tuvieron que poner paz entre los taxistas del aeropuerto y un compañero jerezano “que pasa de hacer turnos (como hace todo el colectivo) y cierra servicios por su cuenta pasándose por el forro la cola de espera”. Lógicamente el taxista que espera acaba desesperado. Los trabajadores del aeropuerto de Jerez están con sus taxistas, conscientes “de la injusticia que se comete con ellos”. “Aquí hay gente que en veinte años de profesión no ha ido ni una sola vez al puerto de Cádiz a tocarle los clientes a los gaditanos”, sentencia un profesional que se muestra convencido de que “hay trabajo para todos”, en un tiempo en el que el taxi se erige en una lucha diaria por superar esos 30 euros de coste diario que supone mantener un vehículo de estas características en la calle (seguros sociales, tasas, combustible). Y vuelven a repetir su solución: “Si tú lo traes al aeropuerto, yo te lo devuelvo a casa”. Parece lo lógico en esta sinrazón que no hace más que recalentarse.

SALUT Y BUEN VIAJE.
 

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