¡TAXI! ¡LLÉVEME AL CINE!

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Quizá sea el taxi el vehículo más utilizado como set de rodaje. Desde el cine mudo hasta el que se filma en la actualidad, el cubículo del taxi sobre croma verde (o sin ella) ha copado la historia del cine.

No sé sabe muy bien cómo se ha establecido a lo largo de la singladura del séptimo arte una simbiosis tan eficaz entre el celuloide y los taxis. Bueno, o sí se sabe cómo desde que en los albores del relato mitológico Caronte cobraba un óbolo (moneda griega de plata) para cruzar en su barca la laguna Estigia que llevaba hasta territorio de la muerte. El arranque del cine fue literalmente (y, sobre todo, icónicamente) eso, un arranque, en el momento en el que a los hermanos Lumiere se les ocurrió asustar a los primeros, vírgenes e ingenuos espectadores con el poderoso impulso de una locomotora de vapor. A partir de ahí, del kilómetro 0 del cine, la pantallas se han llenado de viajes, traslados, periplos, éxodos a bordo de un sinfín de vehículos: aviones, autobuses, trenes, zepelines y… taxis. De uno llega Charlot a su casa completamente ebrio ‘a la una de la madrugada’ (con este complemento circunstancial de tiempo Chaplin titula su corto). Su nivel etílico le impide encontrar el picaporte de la puerta, su bolsillo para coger la cartera y pagar adecuadamente al taxista: en total, se demora casi tres minutos en salir del taxi, tres maravillosos minutos de puro cine mudo.

Desde entonces, el taxi ha transitado desde el cine mudo, el sonoro en blanco y negro, el tecnicolor hasta el 3D, encontrando no pocas obras maestras. La primera de ellas, la primera que nos asalta a la cabeza es… sí, ésa: ‘Taxi Driver’, la epopeya nebulosa dirigida por Martin Scorsese en sus tiempos más mozos (34 años contaba cuando la estrenó) y protagonizada por Robert De Niro, sobre un excombatiente del Vietnam mentalmente inestable que, al volver a EE UU, comienza a trabajar como taxista. De Niro realmente condujo un taxi doce horas diarias durante un mes para prepararse el papel. La cinta le valió a su director la Palma de Oro de Cannes en 1976 y cuatro nominaciones a los Oscar.

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Un momento del filme ‘Taxi Teherán, del director iraní Jafar Panahi 

Otra obra de arte contemporánea filmada en su integridad en el interior de un taxi es ‘Taxi Teherán’, de Jafar Panahi, director iraní condenado al silencio cinematográfico por las autoridades de su país. Así que Panahi se ha tenido que buscar las mañas para ejercer su oficio y, después de realizar dos películas en sus dos casas, ha burlado la censura metiendo las cámaras en un taxi y conduciendo él mismo la película literalmente desde el volante. La película se traza como un falso documental donde el taxi acoge un caleidoscopio de la sociedad iraní y donde se ironiza, por parte de su sobrina subida al taxi, sobre el absurdo de los rigores censores. Su trabajo de insumisión fílmica le valió el Oso de Oro de Berlín el año pasado.

Los recorridos a bordo de un taxi han contagiado la impronta del cine negro clásico y no faltan en ellos confesiones y complots. La película de detectives por antonomasia, el canon del cine negro, ‘El sueño eterno’ (Howard Hawks, 1946), relata la investigación del detective Phllip Marlowe, protagonizado por un Humphrey Bogart en estado de gracia, sobre las idas y venidas de las hijas de un millonario. Durante esa actividad de espionaje toma un taxi conducido por la actriz Joy Barlow, una secuencia que Quentin Tarantino homenajeará en ‘Pulp Fiction’ cuando el boxeador Butch huye del ring donde ha frustrado un pucherazo. Para escapar, toma un taxi pilotado por la bella Esmarelda Villalobos.’ Esmarelda’, repite lentamente Bruce Willis, paladeando el nombre.

14720363082388 El boxeador Butch abona la carrera a Esmeralda Villalobos en ‘Pulp Fiction’, de Quentin Tarantino 

Y el taxi se coge en el cine con la misma facilidad con la que los mortales cogemos el autobús (aparte Hitchcock, que era más del bus en sus películas). Lo coge tres veces Carmen Maura en ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’, el ‘Mambo taxi’ de Guillermo Montesinos, en el que se puede escuchar una infinitud de estilos musicales. La película fue la primera de Almodóvar nominada al Óscar a mejor película extranjera. No se lo llevó, pero Jane Fonda invitó al equipo de la película a una fiesta en su casa. La actriz estadounidense le propuso a Almodóvar comprar los derechos de ‘Mujeres…’ para realizar un remake americano. Los derechos se compraron, pero la película nunca se llegó a rodar. Cuatro años después de su estreno, una banda ‘indie’ británica tomó el nombre del taxi para nombrar a su grupo, inspirados en la película de Almodóvar.

Tanto ha dado el taxi al cine que son muchas las películas que lo han tratado íntegramente. Aparte de la ya mentada ‘Taxi Teherán’, nuestro cine patrio parió ‘Taxi’, dirigida por Carlos Saura, la argentina Gabriela David filmó ‘Taxi, un encuentro’ y en Francia hubo una fiebre taxística que alumbró ‘Taxi Express’ en 1998 y tres secuelas más. Pero quizá la que más influyó fue ‘Noche en la tierra’, el retrato nocturno de cinco taxis en cinco grandes ciudades: Los Ángeles, Nueva York, París, Roma y Helsinki, realizada por Jim Jarmusch en 1991. Un resumen fílmico de la sociedad terrestre: un viaje del recelo a la confianza, del prejuicio a la amistad, de la vida a la muerte.

SALUT Y BUEN VIAJE

Taxi Driver

Taxi Teheran

Una noche en la tierra

Pulp Fiction

Mujeres al borde de un ataque de nervios

Taxi

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