APLICACIONES QUE INCOMODAN AL SECTOR DEL TAXI

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Uber, Blablacar y Cabify, alternativas a los servicios públicos de transporte, ponen en contacto a conductores y pasajeros a través del móvil | Los taxistas también usan aplicaciones para dispositivos móviles como Hailo MyTaxi o ElTaxi.

Las aplicaciones móviles pueden revolucionar el mundo offline y sino que les pregunten a Uber, Blablacar o Cabify. El auge de estas plataformas, que ponen en contacto a conductores y particulares, bien para sacar algún rendimiento del coche, para compartir los gastos del viaje o para ofrecer servicios privados, ha provocado malestar en el sector de los servicios públicos de transporte, porque representan una alternativa al taxi y/o a los autobuses.
Todas ellas aprovechan el uso masivo de los ‘smartphones’, cuya penetración en España sigue al alza y supera ya el 50%. Por eso, además de las plataformas web, cuentan con sus respectivas versiones gratuitas para Android e iOS principalmente. Ofrecen, de este modo, la comodidad de buscar, reservar y pagar un transporte desde el teléfono. Los taxistas, por su parte, también se actualizan y se adaptan a los dispositivos móviles, ya que muchos de ellos están suscritos a aplicaciones como Hailo, MyTaxi o ElTaxi, que han surgido para colaborar con ellos y permiten pedir un taxi a través de estos aparatos.

Algunos taxistas se han suscrito a aplicaciones como Hailo ,MyTaxi,o El Taxi, que colaboran con el sector S. Justel
Uber: la más polémica
La más conocida de ellas es seguramente Uber, cuya implantación en España –junto con la de Blablacar– provocó las manifestaciones de los taxistas a principios de junio en Madrid y Barcelona. Disponible para Android e iOS, la aplicación gratuita permite al pasajero detectar mediante un sistema de geolocalización a conductores que se ofrecen en una zona determinada para llevarle en su coche a cambio de un precio orientativo conocido de antemano. El pago se realiza a través de la tarjeta de crédito que el usuario ha vinculado a la aplicación. Las tarifas están fijadas por la compañía, pero varían según la ciudad y el precio de inicio marcado por el conductor. La empresa californiana se lleva el 20% de comisión.
La herramienta, descargada más de un millón de veces en Google Play, está presente en más de cuarenta países. Nació como un servicio de coches de gama alta con chófer y, actualmente, cuenta con Google como inversor y disponen de seis servicios distintos. Aunque su aterrizaje en Barcelona, primera y única ciudad española en la que operan de momento, lo han llevado a cabo solamente con UberPop. Esta modalidad de producto, la más polémica y foco de todas las críticas, consiste en que cualquier conductor particular, aprobado únicamente por la compañía, con ciertos requisitos, pero sin licencia de taxista o transportista alguna, ofrezca un servicio de transporte.

La Generalitat de Catalunya pretende sancionar a la empresa californiana y a sus conductores con multas de hasta 6.000 euros y, según afirma el Sindicato del Taxi, la Guardia Urbana va a lanzar una ofensiva para llevar a cabo las órdenes gubernamentales. Ante la situación, la empresa asegura que está en un “diálogo abierto constante con todos los reguladores” y que recurrirá cualquier sanción que limite su actividad en Barcelona.

Cabify: conductores profesionales

A raíz de la polémica de Uber, se ha confundido a esta aplicación con la de Cabify. Sin embargo, a diferencia de la empresa americana, la start-up española, creada en 2011 y ampliamente extendida por algunos países de Latinoamérica, opera totalmente dentro de la legalidad porque sus chóferes, conductores profesionales, tienen una autorización de arrendamiento de vehículos con conductor (VTC).

Algunos de sus productos compiten con el taxi convencional. Recientemente, en plenas manifestaciones de este sector en junio, la empresa lanzó Cabify Lite en Madrid, un nuevo servicio de berlinas de gama media que se suma a la ya existente flota de vehículos (de lujo, para ejecutivos y grupos y taxis) que operaban en la capital española y en Barcelona, A Coruña, Málaga, Bilbao y Vitoria. Esta “solución de movilidad urbana” es “más económica que el taxi”, según afirmaba la empresa en la presentación de la novedad. Por ejemplo, establecen 22 euros por el trayecto de Plaza Cibeles al Aeropuerto T4.

Disponible de forma gratuita para AndroidiOS y Blackberry –si se accede a través de la web–, la app permite que el usuario pueda seleccionar el punto de origen y escoger el tipo de vehículo, que acudirá a recogerle en unos ocho minutos. Se puede, además, consultar el precio estimado del trayecto, seguir la ruta en tiempo real del conductor o ponerse en contacto con él antes de que llegue al punto de origen, así como pagar con la tarjeta de crédito o la cuenta de PayPal asociadas al servicio.

Blablacar: la más colaborativa

Blablacar.es es una plataforma de ‘carpooling’, esto es, pone en contacto a conductores y pasajeros para que compartan gastos de viajes en coche, principalmente, interurbanos. A diferencia de las otras dos aplicaciones, esta modalidad evita el lucro de los conductores por lo que se inscribe más como una propuesta de consumo colaborativo que pretende ahorrar dinero a los usuarios, así como reducir el tráfico y el daño medioambiental. Aun así, tanto el sector del taxi como la Federación Nacional Empresarial de Transporte de Autobús (Fenebús) han solicitado su cierre.

SALUT Y BUEN VIAJE.

 

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