“PARE EL TAXIMETRO Y ME APUÑALO” INTENTO DE ASESINATO DE UN MOSSO D´ESQUADRA A UN TAXISTA

  • La brutal agresión de un Policía a un taxista .
  • El conductor acuchillado explica que se enteró por EL PERIÓDICO de que su agresor es un mosso y un testigo respalda su versión de los hechos .

    BARCELONA. BADALONA. SANT FOST DE CAMPCENTELLES. Aquella parecía una buena carrera, uno de esos recorridos largos con los que sueña cualquier taxista. Sin embargo, se convirtió en una pesadilla. Farooq Hussain, el taxista paquistaní de 39 años que el pasado 22 de septiembre fue cosido a puñaladas, tuvo conocimiento ayer por EL PERIÓDICO de que su agresor había sido detenido y, lo que le sorprendió aún más, de que este era mosso d’esquadra. «¿De verdad? Pero si los policías nos han de defender», comenta estupefacto, quedándose por un momento sin palabras. Farooq, que lleva 10 años en España, se levanta el pijama azul del hospital de Can Ruti (Badalona) y muestra 14 heridas, la mayoría en el costado derecho del tórax. Están cicatricando y sobre ellas hay apósitos. Cuatro de ellas son graves: una en el pecho (a un centímetro del corazón), otra que le perforó el pulmón, otra en el estómago y otra en el cuello, donde el agresor, al intentar, presuntamente, degollarle, le hizo un corte limpio de ocho centímetros, de lado a lado. En total, este hombre alto y enjuto necesitó ocho litros de sangre en transfusiones. También tiene pequeñas heridas de arma blanca en la mano izquierda causadas al intentar protegerse de los cortes.

    LA CARRERA
    «Parecía un pasajero atento y educado»

    Aquella noche, Farooq subía por el paseo de Sant Joan cuando, a la altura de la calle de Ausiàs March, un hombre bien vestido y de complexión fuerte le hizo la señal de que parara. «Me dijo que le llevara a un sitio entre Tiana y Can Ruti. Yo le contesté que no conocía esa zona y que iba a poner el GPS. Me dijo que no hacía falta, que él me guiaría», recuerda el conductor, que destaca el buen carácter que mostró en todo momento el pasajero. «Era muy atento y educado. Cuando le dije que era de Pakistán, me explicó que su madre había ido a la India y que él estaba ahorrando para viajar a esa zona», explica la víctima, que en ningún momento imaginó que ese amable individuo fuera a agredirle.
    Tras media hora de trayecto, el taxi llegó a La Conrería, una urbanización de Sant Fost de Campsentelles (Vallès Oriental) en la que a esa hora no había ninguna luz. El pasajero pidió a Farooq que parara el taxi. «Le dije el importe que marcaba el taxímetro, 25,40 euros. Me dijo que en seguida me pagaba y vi como tranquilamente se metía la mano en el bolsillo. En ese momento sacó un cuchillo y empezó a apuñalarme», recuerda el taxista.

    EL TESTIGO
    «Tenía a la víctima agarrada del cuello»

    En este punto del relato, Farooq se muestra visiblemente cansado y añade que le duele mucho la cabeza y que no puede hablar. Sajid Hussain, su mejor amigo, también paquistaní y taxista, que está con él en el cuarto, comienza a hablar. «Primero le hizo un corte en el cuello y luego empezó a acuchillarle un costado», dice Sajid. La víctima asiente.
    Esas explicaciones coinciden con la declaración del único testigo ocular de la agresión, Edmar Ozino, un brasileño que reside en la casa ante la que se paró el coche. «Oí a los perros ladar y me acerqué a la valla a ver qué pasaba -recuerda Ozino-. Cuando me asomé vi el taxi con la luz de dentro encendida. En el interior vi al pasajero, que tenía agarrado el cuello del conductor por detrás como si le estrangulara. La víctima ya tenía espasmos como si estuviera a punto de morir».
    En ese momento, Ozino comenzó a gritar al agresor que dejara a la víctima. «Al verme, salió del coche y se fue corriendo. Entonces, el conductor salió también, empapado en sangre, y se apoyó en la pared», cuenta el testigo. Sin embargo, según explica, la pesadilla no había acabado. «Al momento vi regresar al agresor a grandes zancadas, directo hacia el conductor. Se puso a su altura y sacó el brazo como si le apuntara aunque yo no vi la pistola», comenta.

    LA PISTOLA
    «Me apuntó a la cabeza y oí un clic»

    La víctima, por boca de su amigo, asegura que sí llevaba una pistola. «Le apuntó a la cabeza, Farooq le pidió que no le matara. Acto seguido oyó un clic. Entonces, cogió una barra que le habían tirado los vecinos y le golpeó, primero en la mano, haciéndole caer la pistola, y luego en la cabeza», explica. Ozino, el testigo, cuenta que cuando el agresor regresó, él cogió una barra de hierro y, desde dentro, alcanzó a golpearle en la cabeza. «Sin embargo, el agresor seguía golpeando y apuñalando a la víctima. No paró hasta que quedó en el suelo sin hacer ruido». Según el testigo, en ese momento el agresor cogió el taxi de Farooq y salió disparado camino adelante. Al ser una vía sin salida, el coche quedó abandonado.
    Farooq, por boca de Sajid, relata que a los pocos minutos vio volver a su agresor. «Iba muy tranquilo. Farooq agarró como pudo la barra para defenderse, pero el hombre no le hizo caso y se puso a buscar su pistola. Cuando la encontró, se acercó de nuevo a Farooq, le apuntó al pecho y se oyeron dos clics más».
    Según la declaración del acusado, las cosas ocurrieron de un modo muy distinto. El mosso detenido defiende que cogió el taxi porque iba a la finca de unos tíos suyos, pero que cuando llegó se dio cuenta de que no tenía bastante dinero para pagar la carrera. El detenido por la agresión sostiene que el origen de la pelea fue que el conductor se enfadó mucho y sacó una navaja para agredirle. En su declaración, el arrestado asegura que logró arrebatarle la navaja. El mosso confesó que, efectivamente, había apuñalado varias veces al conductor para defenderse porque este le pegaba con una barra de hierro, con la que le golpeó en la cabeza causándole un traumatismo craneal. El acusado también reconoce haber sacado la pistola, aunque señala que apuntó al suelo y que después, aturdido, huyó del lugar refugiándose en casa de sus tíos, adonde accedió saltando la valla. Según su declaración, fue ahí donde perdió la pistola y después volvió a recuperarla. Actualmente, la pistola está en poder de los Mossos d’Esquadra de Premià de Mar (Maresme), que fueron los encargados de investigar el caso. El abogado del detenido, el penalista José María Fuster Fabra, pidió respeto a la presunción de inocencia de su defendido .

    LA INVESTIGACIÓN
    Policías autonómicos buscan la navaja

    Aunque el presunto autor de la agresión ya ha sido detenido, los Mossos d’Esquadra siguen investigando lo ocurrido. Ayer por la mañana, varios agentes, acompañados por una brigada de parques y jardines del ayuntamiento de Sant Fost, rastreaban la zona. Según explicaron fuentes de la policía local, «los mossos buscaban la navaja con la que el taxista fue apuñalado por su agresor y que, al parecer, este tiró por un terraplén».
    Avisados por Ozino, el vecino que ayudó a la víctima, los policías locales fueron los primeros en llegar. Descubrieron que el taxi «tenía en su interior toda la recaudación y que el asiento del conductor estaba lleno de sangre, lo que demuestra que la agresión comenzó dentro del coche». Ozino recuerda que cuando lo levantaron los sanitarios vio una brutal raja debajo del cuello. «Como otra boca», dice Ozino, que insiste: «Aquí no hubo ninguna pelea. Solo una agresión brutal». Cuando llegó al hospital, un responsable de la uci le comentó a Sajid que «había un 80% de posibilidades de que Farooq muriera». Estuvo en coma y pasó siete días en la uci. Ahora, ya mucho mejor, espera que le den el alta la semana que viene. No obstante, Farooq reconoce: «Tengo mucho miedo. No sé si podré volver a conducir un taxi por la noche».

  • EL “MOSSO” INGRESA EN PRISION ACUSADO DE INTENTAR MATAR A UN TAXISTA PAQUISTANI.
  • El agresor acuchilló varias veces a la víctima cuando le pidió que le pagase Un taxista, de unos 40 años, se encuentra ingresado en el hospital después de recibir varias puñaladas a manos presuntamente de un mosso d’Esquadra. La víctima y el agresor se enzarzaron en una pelea cuando este le pidió que pagase el trayecto, según informó ayer la policía catalana. Las cuchilladas se produjeron el pasado jueves 22 de septiembre. Los Mossos d’Esquadra detuvieron a un agente del cuerpo como el presunto culpable el 1 de octubre, según contó ayer El Periódico.El apuñalamiento se produjo de noche. El agente, dedicado a labores administrativas dentro del cuerpo policial, pidió un taxi cuando ya se encontraba fuera de servicio y le pidió que le llevase a su casa, en una urbanización de Sant Fost de Campsentelles (Vallès Oriental). Al llegar a su destino, sobre las diez de la noche, el taxista pidió que le pagase el trayecto y se inició la pelea. Como resultado, el agente acabó presuntamente asestándole varias puñaladas. El entorno de la familia de la víctima, citado por el Periódico, asegura que recibió hasta 15 cuchilladas.
    Cómo sucedieron los hechos no ha quedado del todo aclarado. Según un portavoz de la Asociación de Trabajadores Paquistaníes, el hombre sacó el cuchillo en el mismo momento en el que el taxista le pidió que le pagase. Según un comunicado de los Mossos, el agente pudo haber recibido también un golpe en la cabeza. De lo que no cabe duda es de que el hombre huyó del lugar de los hechos. Esa misma asociación asegura que en un primer momento cogió el taxi y condujo unos 100 metros. Pero luego paró y volvió al lugar de la agresión porque, presuntamente, se le había caído el arma reglamentaria.

    Un testigo que pasaba por la zona pudo ver la agresión y fue quien avisó al Sistema de Emergencias Médicas (SEM). Los facultativos llevaron al taxista malherido al hospital. Ayer, según un comunicado del sindicato del taxi, el hombre ya estaba “fuera de peligro, consciente y estable”. La investigación llevó hasta el agente de los Mossos d’Esquadra cuando este acudió al hospital de Can Ruti de Badalona, con una “aparente fase amnésica a causa de un traumatismo craneal”, según un comunicado de los Mossos. La policía inició entonces las pesquisas para descubrir qué había detrás de la rocambolesca historia del agente. El pasado 1 de octubre le detuvieron. El juzgado de instrucción 4 de Mollet del Vallès ordenó entonces su ingreso en prisión. El hombre está acusado de un intento de homicidio, según una portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) a pesar de que la policía se refiere en todo momento en su comunicado a un “delito de lesiones”.

    Faruk (nombre de pila del taxista) lleva en España unos 10 años, según explicó ayer el portavoz de la Asociación de Trabajadores Paquistaníes. El hombre no tiene familia en Barcelona y conduce un taxi como asalariado, es decir, que no es el propietario de la licencia. A raíz del suceso, un hermano del hombre que vive en Holanda se trasladó ayer a Barcelona para estar a su lado. Faruk, según ese mismo portavoz, perdió ocho litros de sangre a causa de las heridas. El hombre proviene de la ciudad de Sialkot, una localidad al norte de Pakistán en la zona del Punyab. “Su familia allí aún o sabe qué ha pasado, les han dicho que ha sido un accidente”, aseguró. El sindicato del Taxi de Cataluña (STAC) manifestó ayer, a través de un comunicado, su “más profunda repulsa e indignación por la brutal agresión” que sufrió Faruk. STAC pidió, además, que el mosso d’Esquadra encarcelado por la agresión sea expulsado “inmediatamente” del cuerpo. Un portavoz de la policía explicó que rige la presunción de inocencia, por lo que no se tomará una decisión al respecto hasta que haya una sentencia que demuestre si fue el agente quien propinó las cuchilladas al taxista paquistaní.

    SALUT Y BUEN VIAJE.

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