EL TAXI TIENE MONUMENTO EN BUENOS AIRES

Alrededor de 38.600 “techos amarillos” recorren a diario la ciudad y ofrecen un servicio de transporte público esencial.

 Un monumento a los taxistas fue inaugurado en Buenos Aires para homenajear a los más de 70.000 integrantes de este colectivo que recorren a diario las calles de la capital argentina.

 “Es un reconocimiento a los miles de hombres y mujeres que día a día prestan un servicio tan importante para la ciudad de Buenos Aires”, dijo hoy el secretario general del Sindicato de Peones de Taxis, Jorge Omar Viviani, ante centenares de taxistas.
“Este es también es un homenaje a aquellos pioneros que allá por 1902 comenzaron con los primeros taxis de Buenos Aires”, añadió Viviani, quien aseguró que “ser taxista no es una profesión, es un sentimiento”.
La escultura, realizada por el artista Fernando Pugliese, representa a un taxista calvo y de bigotes acodado sobre el techo de un taxi del clásico modelo Siam Di Tella a tamaño real.

 “Elegimos que el auto sea un Siam Di Tella porque fue el modelo de auto que marcó a los taxis porteños, y al taxista le dimos una impronta bien porteña, porque es un poco filósofo y un poco psicólogo del pasajero”, comentó Pugliese.
El monumento fue donado por el Sindicato de Peones de Taxis a la ciudad de Buenos Aires y está ubicado en el barrio porteño de Puerto Madero.
Más de 70.000 personas (en una flota compuesta por 38.600 coches) integran este grupo que recorren a diario las calles de la capital argentina y prestan -según los agentes turísticos internacionales- el mejor sistema de transporte con que cuenta la ciudad de Buenos Aires.

En la actualidad los taxistas porteños que trabajan entre 12 y 14 horas diarias, aunque si sólo son choferes la tarea se alarga para poder hacer una diferencia económica ya que por día abonan alrededor de $420 el alquiler del auto.
El secretario general del Sindicato de Peones de Taxis, Jorge Omar Viviani, indicó que “es un reconocimiento a los miles de hombres y mujeres que día a día prestan un servicio tan importante para la ciudad de Buenos Aires”.

 La profesión de taxista experimentó en los últimos años cambios en la modalidad de trabajo a partir de la introducción de las empresas de radiotaxis y la concentraciones de grandes flotas de vehículos en manos de empresarios. El comienzo de la actividad de taxis en Buenos Aires data del siglo XIX, cuando se creó la primera ley de patentes para los carruajes de alquiler, en el año 1860.

La normativa, que permitió el emplazamiento del monumento, también menciona que el origen del término “tachero” proviene del francés Maurice Tachon’s, el primer fabricante de los relojes que llevaban impreso su nombre. Sin embargo, José sostiene que “este término deriva de que los antiguos relojes eran como un tacho”.
Cualquiera sea su origen, los choferes dicen sentirse más cómodos cuando los llaman “taxistas”. Incluso “el Gallego” -fundador junto a otros colegas de la parada de “Chacarita” y que hoy tiene 70 años- sostiene que los “tacheros” son quienes desempeñan mal el oficio. “El tachero es el que no le para a la señora con un cochecito o a una persona con silla de ruedas, el que te afana con el viaje o el que te echa cuando llevás a un pasajero a Retiro”, explicó a la agencia Télam.

“Hay muchos prejuicios pero aquí hay de todo, como sucede en todos los oficios. Yo, por ejemplo, no escucho la radio que la gente piensa que los taxistas oímos. Más bien te diría que trato de poner música”, cuenta “el Gallego”, quien desempeña este oficio desde hace cuatro décadas.

La imagen del taxista tuvo además un ícono en el imaginario popular de la mano de Rolando Rivas, aquel personaje de telenovela encarnado por Claudio Garcia Satur, en le década de los setenta. Por aquellos años, los taxis que circulaban por la Ciudad podían estar pintados de cualquier color, pero en 1967 se dispuso una norma que indicaba que todos debían tener la carrocería pintada de negro en la mitad inferior y de amarillo en la superior.

SALUT Y BUEN VIAJE.

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