EL PRECIO DE LA LICENCIA DE TAXI CAE A 240.000 EUROS EN GIJÓN

La reventa del permiso para entrar en el sector, que llegó a estar en Gijón a 312.000 euros, se desploma por la crisis.

El precio de venta entre particulares de una licencia de taxi en Gijón ha caído en un 30% desde el inicio de la crisis. De los 312.000 euros (52 millones de pesetas) que se llegó a pagar por ellas en los años de bonanza, ha caído hasta los 240.000 euros (40 millones de pesetas), según explicó Artemio Ardura, presidente de la Federación Asturiana Sindical del Taxi. De este modo, el traspaso de licencias en Gijón ha caído hasta los precios que tenía en 2005.
En Gijón hay 308 licencias de taxi, concedidas a lo largo de los años por el Ayuntamiento. En común tienen que no tuvieron coste para sus primeros propietarios, dado que el Ayuntamiento no las vende, al contrario de lo que sucede en algunas ciudades españolas, como Vitoria, Zaragoza o Segovia, donde los consistorios se embolsan unos 120.000 euros por cada licencia nueva.
Los taxistas revenden las licencias normalmente cuando llegan a la edad de jubilación, rentabilizando así su «inversión» inicial. Por el camino, buena parte de ellos tienen que contratar a otros conductores para tener en servicio el taxi todo el día y poder así hacer frente al pago de las letras por la hipoteca de la licencia, que en algunos casos llegan en Gijón a los 1.600 euros mensuales.
Las cuentas, que cuadraban en los años de abundancia, ahora no son tan claras. De mano, al menos unos doce taxistas gijoneses siguen trabajando pese a haber superado ya los 65 años. El problema es que ni habiendo bajado los precios de las licencias éstas se pueden vender, dado que los bancos han dejado de financiar a los potenciales compradores. Si no logran vender sus licencias antes de alcanzar los 70 años, cuando ya no puedan seguir al volante, las tendrán que devolver al Ayuntamiento sin contraprestaciones. Cada año que pasa sin que la crisis amaine hay más propietarios de licencias en esta situación. Algo muy distinto a «una época en la que subían 4 o 5 millones de pesetas cada año», recuerda Ardura.
Los precios de las licencias responden a «la oferta y la demanda», explica Artemio Ardura, quien apunta que los precios en cada ciudad suelen ser parejos a los de «un buen piso». Hasta ahora, los taxistas recuperaban lo que pagaban por la licencia, cuando se jubilaban. La venta no tributa a Hacienda si se hace por jubilación, incapacidad permanente, fallecimiento o reestructuración del sector. En otro caso se paga el 20%.
El negocio con las licencias también permite a los autónomos amortizarlas durante diez años, reduciendo así su factura anual con el Fisco. La Federación del Taxi aboga porque el Principado establezca un impuesto para estas transacciones entre particulares, como ocurre con la plusvalía de los pisos, que engrose las arcas municipales.
El desplome en el precio de las licencias es sólo un síntoma de la crisis del sector. La principal federación del taxi señala que desde 2008 la demanda de taxis en Gijón ha caído más del 40%, provocando una saturación de vehículos en la calle (la normativa municipal obliga a los taxistas a trabajar todos los días salvo descansos y vacaciones que están limitados).
En esta situación, hay profesionales que pasan hasta 16 horas al volante, con unos ingresos por hora de tres euros, algo que en opinión de Artemio Ardura es «absurdo» y en lo que el Ayuntamiento debe tomar medidas.
Una parte del sector aboga por despedir a los asalariados para reducir la competencia. Otra, mayoritaria, por limitar la estancia de cada taxi en la calle mientras dure la crisis.
En marzo, la Federación pidió al edil Rafael Felgueroso que anulara la parte de la ordenanza que permite a todos los taxis trabajar los sábados a partir de las diez de la noche, incluyendo al 25% de la flota gijonesa a la que le toca descanso cada fin de semana./lne

SALUT Y BUEN VIAJE.

Share